Las pruebas de tamizaje pueden ayudar a identificar a las mujeres que corren el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Para detectar el cáncer cervical hoy en día los profesionales médicos emplean principalmente dos tipos de pruebas de tamizaje: la prueba de Papanicolaou y la prueba del VPH.

Toda persona sexualmente activa puede contraer el VPH, incluso si tiene relaciones sexuales con una sola persona. El virus puede transmitirse cuando la persona infectada no presenta signos ni síntomas. También es posible que presente los síntomas años después de tener relaciones sexuales con una persona infectada, lo que dificulta saber cuándo se infectó por primera vez. Como es un virus común, lo importante es saber si está allí con capacidad para provocar alguna lesión.

Si bien la infección por VPH depende de la eliminación por parte del sistema inmunológico, existen alternativas terapéuticas como cirocirugía, electrofulguración o extirpación quirúrgica.

Las lesiones precancerosas causadas por el VPH deben ser evaluadas por un especialista y deben ser tratadas de acuerdo a su extensión.

La prueba de Papanicolaou busca determinar cambios celulares antes de que se desarrolle el cáncer. La prueba de VPH busca identificar la presencia de VPH de alto riesgo que produce casi el 99% de los casos de cáncer cervical.(1) Por consiguiente, la prueba de VPH puede predecir mejor su riesgo de desarrollar cáncer cervical.

Sí. Aunque la vacuna cubre los dos tipos de mayor riesgo, VPH 1 6 y VPH 1 8, no cubre todos los tipos de VPH de alto riesgo. Por lo tanto, los expertos recomiendan hacerse el tamizaje de cáncer cervical periódicamente aunque haya sido vacunada.(4)